Y fui a la construccion no mas, debo admitir que con bastantes prejuicios. Todo el asunto de la merketineria techista, y tanta gente de shani no me inspiraba demasiado pero dado que tengo una organizacion "propia" que sacar adelante y que el ambito social es lo que me interesa, y en lo que me quiero desenvolver fui.
Me toco en ringuelet, la casa de Yoli y Sergio. Yoli una chica de 25 años, gorda, descalza, con tres hijos, una mirada triste y una sonrisa amplia y generosa. Sergio un hombre de ojos cansados y manos de laburante.
Los seis, la familia mas un chico que se mudo con ellos al que estan ayudando a salir del paco, vivian en una casa mas chica que mi cuarto, con dos camas y un techo que no cumplia su funcion. Cartoneros de profesion, buscavidas. Un fin de semana construyendo junto a ellos su nueva casa debe haber sido una de las experiencias mas enriquecedoras de mi vida.
Todos sabemos que hay pobreza, yo estoy muy en contacto con el tema, pero entrar en la casa de Yoli y Sergio, ver lo que es vivir en la pobreza no es lo mismo que saber. Ver, sentir, conocer, compartir no es lo mismo que saber o suponer como vive gente que no tiene nuestra suerte.
La gente del techo, tan particular, con ese optimismo desmedido y esas ganas exasperantes me termino atrapando. Sigo sin estar segura de ciertas cosas pero hoy me siento en condiciones de afirmar junto a ellos que el cambio esta en marcha, que es posible. No es por completa utopia, es porque vi como un viernes a la noche 1700 adolescentes resignaron el boliche y el alcohol por el barro, el trabajo duro, el contacto con el pobre, con el necesitado, con el que la vida nunca la dio nada.
A los que dicen que hay que matarlos a todos los desafio a que pasen un fin de semana con una familia que viva en extrema pobreza y que puedan seguir diciendo lo mismo.
Yo, por mi parte, me siento bien. La experiencia no me dejo esa bronca e impotencia como suele pasarme, me dejo esperanza, entusiasmo.
lunes, 2 de noviembre de 2009
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Algún tiempo atrás yo hacía muchos trabajos solidarios, pero después que ingresé en la uni y empecé a trabajar no lo hice más, creo que volveré a hacerlos, debe ser por eso que estoy quejándome tanto de la vida, creo que está me haciendo falta un poco de realidad cruda, y algo de esperanza y animo, que así como tu me llenaban el alma luego después que se terminaba la experiencia (como tú llamaste). El mundo no gira sólo alrededor de mi ombligo!... Vaya tengo sido muy egoísta últimamente.
ResponderEliminarBueno, un beso y espero que está haya sido la primera de muchas otras experiencias!