Ya no tengo una vida en edificio. No tengo casa propia. No tengo convivencia con amigas. No tengo mi cocina y mis comidas. No tengo mis horarios.
Despues de un paso así retroceder es agobiante, frustrante, angustiante y todo lo ante que encuentren.
En verdad, el problema es mi autoestima. Me deje de querer. No me creo capaz de nada. No me siento merecedora de nada. Me resigne a todos los no. Me acostumbre a perder.
Como ustedes se merecen mas que este ser que no puede quererse, como estamosgrandes se merece mas que cuentos de llanto y no tener casa; volví para decir que me voy.
Gracias.
Srta Esmeralda: No se vaya.
ResponderEliminarBesos que no se despiden.
Pable