La noche de anoche la tenia programada desde hacia, facil, seis meses. La noche de anoche iba a ser una noche de gran fiesta, donde yo iba a estar divina, en donde iba a volver a verlo. Incluso, en esta pequeña mentesita de mujer habia cabido la idea de que para este momento iba a tener el cuerpo de Pampita, que el susodicho iba a estar enamoradode mi, cualquiercosa. Hasta hace tres dias, la fiesta de anoche solo se ponia mejor en mi imaginario a medida que pasaban las horas.
Anoche, en realidad, me quede a dormir de prestado exhausta de ver a mi padre sentirse tan miserable.
Al mediodía de ayer ya habia decidido no ir a la fiesta, no era oportuno con un padre internado enfermo de cancer, pero como soy una persona que nunca pierde la ilusion (hasta que se estrella contra la pared se destrosa y no puede rearmarse) seguia teniendo la esperanza de que al llegar a la clinica a la tarde padre iba a estar sentado y radiante, con su cuerpo funcionando, con su radio en el oido. Me confundi. Cuando llegue padre solo vomitaba con dos medicos y tres enfermeras a su alrededor que ya no sabian que hacer y madre estaba tan cansada que los ojos casi no se le notaban y su andar era casi un arrastrarse.
Cuando lo estabilizaron entre a cuidarlo para que madre viera a la visitas, se sentara o algo. Entre. Le di un beso. Le pregunte si estaba mejor y balbuceo algo que queria ser un si pero yo sabia que era no. El miedo brotaba de su ser. El miedo que vi en ese hombre, no lo habia visto jamas.
Y yo? Yo lo miraba con la mayor cara de poker que te puedas imaginar. De hecho, si se hubiera estado jugando a un partido de poker hubiera ganado mucha plata. Mi cara era inexpresion absoluta, mi cara no tenia compasion, mi cara no tenia lastima. Mis ojos no lo miraron como miran un par de ojos sanos a un enfermo, mis ojos procuraron separar su mirada lo mas posible de la mirada que se le da al lecho de muerte de una persona. El no se esta muriendo, el no merece esa mirada.
Cuando parece que esta calmo vuelve, vomita. Corro, le pongo la toalla, lo limpio, busco la palangana, llamo a la enfermera y siempre con la misma cara. Con cara de nada. No le tengo lastima. Viene la enfermera, vuelve mama, vuelve un medico. El vomita, el se siente miserable, el es mi papa. Pero yo, yo tengo cara de poker. Yo hasta saque un libro. Yo lo amo demasiado como para sentir pena, yo lo amo demasiado.
Viene otro medico. Quedate tranquilo, no te asustes, estas bien. Le da una pastilla para dormir. Le armo la cama a mi mama. Se acuestan. Me voy. Paso la puerta de la habitacion y se me caen las lagrimas. Voy a la casa de una amiga, como empanadas y hasta hago chistes. Me acuesto a dormir, mañana lo voy a ver.
En realidad solo les queria decir que no planeen nada en esta vida que traiciona, en este tiempo que no alcanza.
jueves, 21 de octubre de 2010
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