Fui a buscar mis medias negras y no estaban. Tenia todo el conjunto armado en mi cabeza, tenia zapatos nuevos y las medias no estaban. Eran las nueve y, obviamente, la lenceria no estaba abierta. Entonces busque mi remera negra con encaje tan linda, tan perfecta para la ocacion. Tampoco la encontre. Saque toda la ropa del placard, TODA, y la tire en el piso del cuarto. Me empece a desesperar, fui al placard del pasillo y lo revolvi todo. No, no habia medias ni la remera negra, ni siquiera las calzas lindas que uso para salir. Perfecto pense, ahora no solo no tengo ropa de salir en este bendito departamento, sino que tengo un importante quilombo para ordenar mañana a la mañana.
Me puse un pantalon negro, una camisa de jean, un pañuelo, unos aros y disfrace mi ropa de facultad de ropa de salida. Me pinte, me hice la que me llevaba el mundo por delante y parti.
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¡Eso me pasa tan seguido! Es bastante molesto tener el look pensado, pero no contar con las posibilidades: puede ser que no encuentres, por alguna extraña razón, aquella blusa tan esperada, o que justo ese día tengas cólicos y estés tan inflamada que nada te quede.
ResponderEliminarPero quélevamoaser.
Muá.